martes, 25 de septiembre de 2007

Utila




Aunque con mucho retraso, voy dejando noticias de nuestro viaje. Las conexiones a internet cada vez son más escasas y de peor calidad, por eso subir fotos es casi una odisea (cara, además).

Rápido y mal: Todas estas imágenes son de la pardisiaca isla de Utila, antiguo enclave de piratas, en el caribe hondureño. La economía de Utila se basa casi exclusivamente en los cursos de buceo que allá se imparten, pues posee uno de los mejores fondos marinos del mundo. Por allí, al igual que por la costa yucateca y beliceña, discurre el segundo arrecife más grande del mundo.

Como las hordas de rubios se pasan el día en alta mar viendo tiburones ballenas, las playas están permanente desiertas y es un auténtico placer disfrutar de esos azules en soledad. Nosotros no teníamos ni tiempo ni dinero para hacer un "open water", pero conocimos a una colonia de instructores de buceo españoles que nos prestaron gafas, aletas y tubo y nos recomendaron la mejor playa de la isla para hacer snorkeling.

Así que allá nos plantamos con las aletas y el "diving kit". Cuando metimos la cabeza en el agua, comenzó el espectáculo. Era como estar dentro de un acuario, con millones de peces de todos los tamaños y formas revoloteando por allí, descubriendo colores imposibles e inimaginables por todas partes, corales de metros de altura, recovecos de piedras con mil tonalidades diferentes.

Tras cuatro horas de buceo intensivo y con unos cuantos sarpullidos en nuestro cuerpo (no, no sabíamos que los corales pican), la luz se fue y tuvimos que marcharnos, quedando grabados a fuego en las retinas esos colores, luces y sombras. En fin... "¡Que viva Honduras!", que diría Trillo. Ojalá podamos volver alguna vez.