En medio de la nada, pero sólo aparentemente. La reserva de la biosfera Tehuacán, aunque a simple vista parece estar conformada únicamente por polvo, sol, tierra, matojos y cactusdel tamaño del Empire State Building, en realidad esconde todo un ecosistema de lo más complejo.
Los intrincados mecanismos de su funcionamiento se encuentran escondidos a los ojos de ignorantes como nosotros y sólo pueden ser desvelados por geniecillos amantes de la naturaleza como Abraham, el guía que sostenía que los cactus son "la llave de la vida" y cuyo amor por ese paisaje árido y hostil se desprendía en cada una de sus palabras.
Pájaros carpinteros, frutos de aspecto amenazador que saben a limón, flores que germinan sólo media hora al año y que sirven para alimentar a colibríes, fósiles cretácicos, restos de cerámicas prehispánicas a cada paso...
Cosas que nosotros nunca hubiésemos llegado a sospechar que existieran en medio de la nada.
Próximos capítulos: la política en México y los carnavales de Veracruz (eso espero)
And the radio plays: Jane. Elf power.
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