jueves, 22 de febrero de 2007

Veracruz

Una mezcla entre:

Benicàssim: por la playa, la mierda y la falta de sueño (siete horas en tres noches, madreeee)
San Fermines: por el grado de alcoholismo y el n’importe quoi
La Habana: por el acento de los veracruzanos, el malecón, el calor húmedo, el son, la cumbia, el merengue, la salsa y demás ritmos latinos
Fiestas del PCE: por los conciertos gratuitos que se disfrutan como si fuera la vida en ello
Malasaña: por los borrachos pesados
Alonso Martínez: ¿cuánto reaggeton he oído en dos días? Bárbaro…

Sin embargo, vi algo que nunca había llegado a ver en España, donde de ninguna manera diría que nos quedamos cortos cuando nos ponemos a celebrar: una marabunta de peña pegándose por entrar en un Oxxo (equivalente al Seven Eleven) para comprar bebida y los dependientes bloqueando las puertas y defendiéndose con bates de las bocas sedientas de chelas (cervezas) y tequilas con y sin toronja.

En medio de la vorágine fiestera llegó el momento en que nos dejamos corromper por primera vez. Mira que me sonaba eso que decía el Sucio de que no era muy ético eso de valerse de la credencial de periodistas para colarse en eventos varios, pero ese día debía estar haciendo el crucigrama de El País.

En fin, como no encontrábamos sitio para colarnos en la especie de sambódromo a pequeña escala por el que circulan las carrozas, los grupos de salsa y los reyes del carnaval, nos metimos hasta la cocina del palco de honor (autoridades, periodistas y VIP’s only), desde donde lo vimos todo como reinas.

Y bueno, ya que nos pusimos a corrompernos, nos corrompimos pero bien. No hicimos ningún tipo de asco a las cervezas, coca colas, pinchos, fritos de pimiento, patatas y panchitos que iban y venían en bandejas que llevaban atareados camareros.

El momento más surrealista del desfile llego, sin embargo, cuando nos comunicaron que el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, un personaje con cierta fama de putero, quería conocer a las periodistas españolas. Pues nada, allá que vino el tipo a plantarnos el besito de rigor y, ya que estaba, aprovechó la situación para sobetear un poco a Teresa. En fin… qué país. Salimos en la tele y todo.

P.D: Ya sabía yo que viniendo a México acabaría yendo a un concierto de Maná, Molotov, Paulina Rubio o demás celebridades musicales de la nación de los jalapeños (mmmm…) como ella (no tengo queja, estuvo muy bien...):