viernes, 20 de julio de 2007

Me lo ha dicho el viento: eres Anais

“Desde que te marchaste, el Pollo ya no despierta a Chucho al alba los sábados y han dejado de podar los árboles. Este abandono se ha traducido en que las ramas se cuelan en casa (tu cuarto incluido) con una insolencia que tú no hubieras tolerado.

Gogo ya no circula a toda mecha por las calles de Tehuacán con su “no te vayas de Navarra”. A la vieja Patjane se le ha acabado el café árabe y ahora me sirve uno que no tiene posos que remover. Se le han borrado las ojeras y su nieto Anuar ha decidido cambiarse de nombre, visto que ya no hay alguien que piense que es el más bonito del mundo.

El espantapájaros se ha quitado ese chaleco negro y ahora camina recta y sin hablar sola por la calle. Eso por no hablar de que vota al PRD y de que ha dejado de combinar el color de su pelo con el de su camisa.

Hablando de peluquería, tu estilista particular se ha cambiado de acera y Chon se ha teñido el pelo de negro, sepultando en nuestra memoria su maravilloso me-chón. Christian y Diana han dejado la moda y se han metido a estudiar derecho y Juan Carlos le ha devuelto a Miguel sus 500 pesos.

La dueña de la tienda de las coca colas (bendita adicción), desde que se olió tu partida, no ha vuelto a asomar el pelo por la Primera de Morelos y la de Zaragoza del Tá Barato ha recuperado los grados que le faltaban.

La secretaria del Ayuntamiento ha dejado de creerse una estrella y ya no canta canciones de Paulina Rubia. Miriam Ceja, Claudia Lezama, y demás regidores absentistas han sufrido un acceso de responsabilidad y ahora no salen nunca de la oficina. El Safari se ha quitando el chaleco y el loco no ha vuelto a ver ningún terodáctilo. Ah, y desde que te que te has marchado el Joven no ha vuelto a vender elotes ni a dirigir a su clásico reclamo a la calle. Tampoco han vuelto a caer bichitos de los árboles del zócalo.

Los de circulación ya han terminado de arreglar la moto, en tu ordenador no ha vuelto ha salir aquella puta bomba y las de Coapan se han convertido en unas parlanchinas que no hacen tortillas.
Humberto y Adelina se han sumado a esta repentina locuacidad, el móvil de Suzanna no ha vuelto a gritar aquello tan infernal de “Cállate, cállate, cállate” y Mariquita suelta la pasta que es un primor. ¡Ah! Y ahora que te has ido, nos cruzamos a la Nana todos los días en la escalera y la secretaria del ginecólogo ha empezado a desinfectar correctamente sus utensilios médicos.

Deborah trabaja, la mesa del salón parece un campo de batalla, Rafa, Esteban y Luis escuchan reaggeton, Moisex es sólo Moisés, Alejandro Jiménez y Mario Méndez no dan información, Chucho ha apagado la radio, la sobona no soba, el señor Guzmán no nos llama “jóvenes”, Edgar ahora es de derechas, Aurelio no percibe diferencias étnicas, Sedeño ha dejado de mandarnos a buscar noticias preconcebidas y Abel no da palmas al ritmo de la música mientras conduce.

En fin, que todo es un desastre. Y eso por no hablar de Miguel, que ha convertido tu cuarto en un gimnasio, vuelve a preguntar por las mañanas que si deja abierta el agua, ha abandonado la mayonesa y, cuando toma un vaso de leche, ya no la remueve hasta la saciedad con la cucharilla.

Y es que ya no estamos todos.”



Esto lo escribí hace unos días pensando en la marcha de Anais. Ahora nos vamos nosotros, y la verdad es que no sé qué va a ser de esta ciudad sin sus tres españoles.

Ayer por la tarde nos despedimos de nuestros compañeros del periódico y, aunque por el momento esto sólo es un "hasta luego", no quiero ni pensar en decir adiós para siempre a Tehuacán, el lugar que ha sido nuestro hogar durante medio año.


And the radio plays: La vida es un carnaval. Celia Cruz

Todo aquél que piense que la vida siempre es cruel
tiene que saber que no es así

;)