Qué ganas tenemos de volver a veros...
Edito y aprovecho para añadir estas cariñosas palabras que Miguel os dedicó en su día:
Mi pequeña Habana:
Mi pequeña Habana tiene cuatro provincias y vive sin capital. Mi pequeña Habana, para ser sinceros, ni siquiera es mía: soy sólo un turista bienvenido, como todo el que hasta aquí se acerca.
Mi pequeña Habana no entiende de planes y vive en una franja horaria inventada; es caótica y desorganizada, incluso contradictoria. Pero tiene la magia de lo improvisado, el duende de la sorpresa.
En mi pequeña Habana se llora y se sufre, se siente y se piensa, se entra en détresse. Pero en este recodo las risas son la moneda en curso, y el único visado se destapa con mechero; así que se tramitan agobios y se sellan discusiones, se pierden en la burocracia de la fiesta, se deportan y quedan más allá de la frontera.
Mi pequeña Habana duerme a la luz del sol, los días impares y a ritmo de autobús. Tiene sede local en Córdoba y embajadores itinerantes que exportan su materia prima de baile, juerga y diversión.
Mi pequeña Habana es Ángela, es Ana, es Mikel y es Teresa: es un paraíso que ha aparecido en México y en vez de en el pasaporte, te sella en el corazón.
And the radio plays: Rainin in paradize. Manu Chao
Edito y aprovecho para añadir estas cariñosas palabras que Miguel os dedicó en su día:
Mi pequeña Habana:
Mi pequeña Habana tiene cuatro provincias y vive sin capital. Mi pequeña Habana, para ser sinceros, ni siquiera es mía: soy sólo un turista bienvenido, como todo el que hasta aquí se acerca.
Mi pequeña Habana no entiende de planes y vive en una franja horaria inventada; es caótica y desorganizada, incluso contradictoria. Pero tiene la magia de lo improvisado, el duende de la sorpresa.
En mi pequeña Habana se llora y se sufre, se siente y se piensa, se entra en détresse. Pero en este recodo las risas son la moneda en curso, y el único visado se destapa con mechero; así que se tramitan agobios y se sellan discusiones, se pierden en la burocracia de la fiesta, se deportan y quedan más allá de la frontera.
Mi pequeña Habana duerme a la luz del sol, los días impares y a ritmo de autobús. Tiene sede local en Córdoba y embajadores itinerantes que exportan su materia prima de baile, juerga y diversión.
Mi pequeña Habana es Ángela, es Ana, es Mikel y es Teresa: es un paraíso que ha aparecido en México y en vez de en el pasaporte, te sella en el corazón.
And the radio plays: Rainin in paradize. Manu Chao
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