martes, 30 de enero de 2007

The piano has been drinking








El sábado pasado fuimos a una fiesta en Orizaba de esas que hacen historia, que te gustaría repetir cada fin de semana. El amigo de un amigo trabaja de iluminador en el teatro de la ciudad y a veces se queda con las llaves (sospecho de que manera ilícita) y organiza fiestas en las que, además de hablar, bailar y beber, cada cual aporta a los demás un poquito de su arte: poesía, cante jarocho, composiciones propias, etc.

Yo tengo la teoría de que la música, de algún modo u otro, está dentro de todos y cada uno de nosotros y que a veces sólo hace falta un poquito de impulso para que aflore. En este caso fue el tequila con toronja el que nos empujó a todos a que fuésemos desfilando por el piano a intentar sacar un poco de ese algo que está en todos.

El chico que aparece tocando en la última foto se llama Óscar y es un verdadero virtuoso del piano que ha obtenido varias becas para estudiar composición. Aunque todos sus amigos esperaban que tocara su pieza estrella, "México sangriento", el tío no puso ningún reparo a tocar Sabina, la Bamba y otros greatest hits para que los demás pudiésemos desgañitarnos cantando a grito pelao.

Las imágenes son de Miguel, el único que no sucumbió ante los encantos etílicos del tequila (¡nunca mais!). Y de resaca, al museo municipal, a ver cuadros de Rivera... ¡hale!

And the radio plays: All systems red. Calexico